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Palacio de la Gobernación de Tlaxcala, México

Los inicios del teatro en Latinoamérica están muy relacionados con el que traen los misioneros y el que ya realizaban los pueblos precolombinos. Se sabe que en la ciudad de Tlaxcala, en 1539, actores indios representaron una obra con el tema de la toma de Jerusalén. Palacio de la Gobernación de Tlaxcala, México.

El teatro europeo llego muy pronto a América. Ya en el mismo siglo XVI tuvo importante desarrollo que se refleja en los numerosos testimonios que hay sobre las representaciones que se hacían. Las primeras obras que llegaron fueron los autos religiosos con el fin de mostrar a los indígenas la fe cristiana. Se sabe, por ejemplo, que en 1533 ya se realizó una representación de este tipo.

De todas formas, al desarrollo del teatro en estas tierras contribuyó de forma decisiva la tradición que ya existía antes de la llegada de los españoles al continente; de hecho, son muy numerosas las obras de teatro que se escribieron en lenguas indígenas durante el siglo XVI. Se conservan, por ejemplo, más de veinte piezas escritas en náhuatl de las que al menos seis piezas están escritas en este siglo.

Es por tanto lógico que el teatro que se representaba tuviera muchos elementos indígenas. Aunque era un teatro cristiano con intención misionera. En 1539 en la ciudad de Tlaxcala, por ejemplo, se representó, por actores indios, una obra que trataba el tema de la toma de Jerusalén y en la ciudad de México otra sobre la conquista de la isla de Rodas. De esa época se conservan, además de las obras de lengua indígena, algunas de las obras escritas por Fernán Gónzalez de Eslava, dieciséis Coloquios espirituales y sacramentales, el entremés y dos villancicos; de Juan Pérez Ramírez Desposorio espiritual entre el Pastor Pedro y la iglesia mexicana, y una tragedia de 1579 de autor desconocido titulada Triunfo de los santos. En Perú desde muy pronto se conocen referencias de representaciones teatrales. Una de las primeras fue la que se realizó dentro de la catedral de Cuzco en 1548, aunque en 1552 el Primer Concilio de Lima prohibió la utilización de las iglesias para las representaciones teatrales. Años después, en la misma ciudad de Lima y auspiciadas por los jesuitas, se realizaron representaciones en 1562, 1569 y 1574, algunas realizadas ante el mismo virrey. Algunos de los autores de esa época fueron Gabriel Centeno de Osma (que escribió un auto sacramental en lengua quechua titulado El pobre más rico), Sancho Alonso Hurtado, que en 1563 fue galardonado por su Auto de gula escrito por la conmemoración del Corpus Cristo.

Tanto México como Perú tuvieron muy pronto «casa de comedias», y al igual que había pasado en Europa muy pronto empezó a desarrollarse un teatro paralelo al teatro religioso que se asienta en universidades y colegios y en palacios virreinales, así como en plazas y calles. En 1543 se representó en Asunción del Paraguay, en el pórtico de la catedral, una obra escrita por el clérigo Juan Gabriel Lizcano; en Ecuador los primeros datos que se conocen son de mediados de siglo y hacen referencia a la representación a una comedia sobre el Cid, y en Santo Domingo se conoce la representación en 1588 de un entremés de Cristóbal de Llerena, muy en la línea de Lope de Rueda.

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